Los secretos de la pasta

Estamos todos de acuerdo en que la pasta es uno de los alimentos que más gusta a toda la familia, y que además nos saca de cualquier apuro y es fácil de cocinar. Sin embargo, hacer un plato de pasta perfecto tiene sus truquillos. Toma nota, verás qué cambio.
Al dente
Normalmente dejamos que la pasta se cueza hasta quedar bastante blanda, pero los expertos afirman que está en su punto cuando está al dente, es decir, blanda por fuera y un poquito dura por dentro.
¿Cómo saber si ha llegado ya al momento exacto de cocción? El método clásico consiste en arrojar un spaghetti a la pared, y si se pega, está al dente, pero dado que no a todos nos gusta este método, también puedes cortar un spaghetti con un cuchillo. Si ves que está blando, pero que en el centro todavía queda un puntito de color crudo, está listo para servir.
Pasta suelta
Para que cualquier tipo de pasta quede suelta es necesario que hierva en abundante agua (con un poco de sal), y si son espaguetis, que la cazuela sea de paredes altas. El truco que nunca falla para evitar que se pegue es añadir unas gotas de aceite en el agua de la cocción.
Salsa cremosa
Uno de los elementos más importantes de la pasta es la elección de las salsas. No todas sirven para las diferentes piezas de pasta, pero en líneas generales, todas son válidas siempre y cuando la pasta no haya sido “limpiada” bajo un chorro de agua. En ese caso verás cómo la salsa va por un lado, y los macarrones, lacitos, etc, por otro. Sólo se escurre la pasta cuando va a tomarse fría o en ensalada.
Queso rallado
El queso rallado es otro punto importante de los platos de pasta. Por regla general, se utiliza queso rallado fino para piezas largas de pasta, como los espaguetis, y grueso si va con pasta corta, como macarrones. Por otro lado, para los expertos en pasta es un auténtico pecado añadir queso rallado a los platos que llevan salsas con pescados y mariscos. El queso perfecto es el parmesano, aunque cualquier otro tipo semi curado o curado le va bien.